
Podría tomar el carnívoro un solomillo y luego una manzana, pero ¿para qué iba a querer manzanas que estuvieran hechas con solomillo? Pregunto a los herbíboros que conozco y aseguran que lo hacen porque les gusta. ¿Te gusta que parezca un filete? Niegan que sea eso lo que les gusta: es el sabor. ¿Qué sabor? ¿El sabor que adquiere la verdura al parecer un bistec? Me niego a creer que nadie encuentre mejor sabor en unas chuletas de cordero si se las dan con apariencia de repollo. ¿Cómo se resuelve este enigma?
Rafael Reig, El verano de la hamburguesa vegetal, Revista Eñe, 2016, La Fábrica.