Month: Juliol de 2020

No!

Marc Vicens, 2020.

Muy pocos quieren ser únicamente negativos o difíciles, pero si esas cualidades se asociaran a lo verdaderamente interesante, cautivador y peculiar, ¿no podría mantenerse una conversación de verdad? El mayor delito que se está perpetrando en este nuevo mundo es el de pisotear la pasión y silenciar al individuo.

Bret Easton Ellis, Blanco, traducció de Cruz Rodríguez Juiz, Penguin Random House, 2020.

Contradiccions

Marc Vicens, 2020.

Todo el mundo postea comentarios positivos con la esperanza de recibir el mismo pago. En lugar de aceptar la verdadera naturaleza contradictoria del ser humano, con todos sus sesgos, imperfecciones y defectos, seguimos transformándonos en robots virtuosos, o al menos en lo que nuestro bando considera que debería ser un robot virtuoso.

Bret Easton Ellis, Blanco, traducció de Cruz Rodríguez Juiz, Penguin Random House, 2020.

Víctima

Marc Vicens, 2020.

Pero hacerse la víctima es como una droga: sienta tan bien, recibes tanta atención de la gente, que de hecho te define, hace que te sientas vivo e incluso importante mientras alardeas de tus supuestas heridas, por pequeñas que sean, para que los demás las laman. ¿A que saben bien?

Bret Easton Ellis, Blanco, traducció de Cruz Rodríguez Juiz, Penguin Random House, 2020.

Boca tancada

Marc Vicens, 2020.

La nueva economía depende de que todo el mundo mantenga una actitud reverencialmente conservadora y eminentemente práctica: la boca cerrada y las faldas largas; discreción, y ni se te ocurra tener una puta opinión excepto la consensuada por la mayoría en ese momento.

Bret Easton Ellis, Blanco, traducció de Cruz Rodríguez Juiz, Penguin Random House, 2020.

La bona reputació

Marc Vicens, 2020.

Otro inquietante recordatorio de la desesperación por las finanzas de la gente y de que la única herramienta de la que disponen para ascender por la escalera económica es su chispeante y optimista reputación, con su falsa e impoluta apariencia… algo que únicamente intensifica la incesante preocupación, la infinita necesidad de gustar, gustar, gustar.

Bret Easton Ellis, Blanco, traducció de Cruz Rodríguez Juiz, Penguin Random House, 2020.

De tot

Marc Vicens, 2020.

¿Deberían controlarse todas las ideas y las opiniones, el contenido y el lenguaje? A veces la comedia más divertida, más peligrosa, no te tranquiliza asegurándote que todo irá bien. La exclusión y la marginación a menudo son la gracia del chiste. A veces lo és tu identidad. Ríete de todo o acabarás no riéndote de nada.

Bret Easton Ellis, Blanco, traducció de Cruz Rodríguez Juiz, Penguin Random House, 2020.

Connectar

Marc Vicens, 2020.

“No me identifico” se ha convertido en una forma de decir “No pienso verlo”, igual que “No conecto” quiero decir “No pienso leerlo ni escucharlo”. Cada vez se oye más esta especie de berrinche, y no solo de boca de los millenials, aunque la idea que esconde no atiende a ningún propósito progresista; margina no solo a los artistas, sino también, en última instancia, a todo el mundo. En esencia, es fascista.

Bret Easton Ellis, Blanco, traducció de Cruz Rodríguez Juiz, Penguin Random House, 2020.

Inclusiu

Marc Vicens, 2020.

Pero en esta fantasía “inclusiva” todo el mundo tiene que ser igual, debe compartir los mismos valores, la misma visión del mundo y el mismo sentido del humor. La cultura dominante insiste en ello una y otra vez… ¿Hasta cuándo? Una idea verdaderamente inclusiva de la comedia permitiría que los gays se burlaran de otros gays y de quienquiera que se les antojara y que los heterosexuales se burlaran de los gays y de todos los demàs. Si se eliminan los chistes de gays, ¿qué irá después?

Bret Easton Ellis, Blanco, traducció de Cruz Rodríguez Juiz, Penguin Random House, 2020.